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Tras las huellas del jaguar: Un viaje por el Corazón Verde del Chaco

El jaguar sobrevive en el Corazón Verde del Chaco. Descubre el rol ecológico de este mítico felino y las acciones para conservarlo en el Chaco paraguayo.

En el corazón de Sudamérica, donde convergen bosques secos, sabanas y humedales, sobrevive una de las especies más emblemáticas del continente: el jaguar (Panthera onca). Este imponente félido, el más grande de América, está en riesgo de extinción. En el Chaco paraguayo, uno de sus últimos bastiones, resiste gracias a iniciativas de conservación como el proyecto REDD+ Corazón Verde del Chaco, que trabaja para preservar su hábitat y asegurar su futuro.

El Chaco paraguayo: hábitat crítico para el Jaguar

El Gran Chaco es la segunda región boscosa más extensa de Sudamérica, solo por detrás del Amazonas. Abarca territorios de Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, y alberga un mosaico de paisajes: bosques secos, humedales, pastizales y selvas en galería. Esta diversidad lo convierte en refugio para muchas especies, incluido nuestro félido.

Sin embargo, este bioma singular está gravemente amenazado. La expansión agrícola – ganadera y el cambio de uso de suelo están provocando una deforestación acelerada. Se estima que el área de extensión del Jaguar en la ecorregión del Gran Chaco en Argentina, Paraguay y Bolivia se ha reducido en más de un 33%. En Paraguay, cada año se pierden miles de hectáreas de bosque chaqueño.

Esta degradación tiene consecuencias directas sobre el jaguar. La fragmentación del territorio limita sus desplazamientos, reduce sus posibilidades de reproducirse y dificulta el acceso a presas. La falta de conectividad entre áreas naturales y zonas protegidas es uno de los mayores desafíos para su conservación en el Chaco paraguayo.

El Jaguar en Paraguay: Un depredador clave

El jaguar es una especie vital para los ecosistemas que habita. Históricamente, su distribución se extendía desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Argentina. Pero la deforestación y la caza han disminuido drásticamente su presencia, llevándolo al borde de la extinción en muchas regiones.

En Paraguay, donde se lo conoce como jaguareté, su situación es especialmente preocupante. En la actualidad, se clasifica como una especie en peligro crítico de extinción en el país.

Este gran felino necesita vastos territorios para sobrevivir. En el Chaco Seco, un macho puede requerir hasta 925 km2 para vivir, mientras que en el Chaco Húmedo y el Pantanal utiliza alrededor de 400 km2. Las hembras, por su parte, requieren superficies algo inferiores, entre 156 km2 y 550 km2, dependiendo del tipo de bosque.

Para ponerlo en perspectiva: un solo jaguar puede requerir un espacio hasta ocho veces mayor que la ciudad de Asunción, la capital paraguaya. Además, en un solo día pueden desplazarse entre 8 y 30 km en los ecosistemas del Chaco. Estas cifras reflejan su necesidad de grandes extensiones conectadas y sin barreras.

Como depredador tope, desempeña un papel ecológico crucial. El jaguareté regula las poblaciones de otras especies y mantiene el equilibrio del ecosistema. Su desaparición tendría un efecto en cadena que afectaría a toda la fauna chaqueña. Por tanto, proteger al jaguar es preservar la biodiversidad del Chaco en su conjunto.

Proyecto REDD+ Corazón Verde del Chaco: Una iniciativa para salvar al Jaguar

Frente a las amenazas mencionadas anteriormente, surge el proyecto REDD+ Corazón Verde del Chaco, una iniciativa liderada por Quadriz junto a aliados locales. Esta propuesta tiene como objetivo proteger al jaguareté mediante la restauración de hábitats, la creación de corredores biológicos y la participación activa de las comunidades.

El proyecto busca conectar áreas clave del Chaco paraguayo, formando un auténtico «corazón verde» donde los jaguares puedan desplazarse libremente. Se trata de una iniciativa a largo plazo que integra ciencia, conservación y trabajo comunitario para asegurar la supervivencia de este animal emblemático.

La participación local es fundamental. Involucrar a quienes viven en el territorio permite generar beneficios compartidos, como oportunidades económicas sostenibles o programas de educación ambiental. Así pues, conservar al jaguar también implica apostar por el bienestar de las comunidades locales y la protección del ecosistema chaqueño.

Tecnología y ciencia para proteger al Jaguar

Proteger al jaguareté comienza por conocerlo a fondo. En este sentido, el uso de cámaras trampa se ha convertido en una herramienta esencial. Estas cámaras permiten identificar a cada ejemplar, estudiar su comportamiento y registrar sus movimientos sin interferir en su hábitat natural.

El monitoreo científico proporciona información valiosa para planificar estrategias de conservación. Gracias a estos datos, es posible diseñar corredores ecológicos y restaurar áreas estratégicas, facilitando el desplazamiento del jaguar y la conexión entre poblaciones.

En el Chaco paraguayo ya se han documentado resultados esperanzadores. Se han identificado jaguares en zonas restauradas, lo que demuestra que las acciones del proyecto están dando frutos en la preservación de la especie.

FACEN y Quadriz por la conservación del Chaco

La colaboración entre la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FACEN) de la Universidad Nacional de Asunción y Quadriz ha sido clave para avanzar en la protección de los jaguares en el Gran Chaco.

Ambas organizaciones combinan conocimiento científico, tecnología y una visión común: conservar el jaguar y la preciada biodiversidad chaqueña. A través del movimiento «Somos Yaguareté», han impulsado investigaciones, programas educativos y actividades de sensibilización dirigidas a la sociedad para fomentar la conservación.

Gracias a esta alianza, se han identificado áreas prioritarias para conectar los hábitats del jaguar y proteger también a muchas otras especies que dependen de estos ecosistemas.

El futuro del jaguar en el Proyecto REDD+ Corazón Verde del Chaco

El jaguareté no solo simboliza la naturaleza salvaje de América, sino que además actúa como un indicador de la salud de los ecosistemas. Su futuro depende de acciones concretas como las que promueve el proyecto REDD+ Corazón Verde del Chaco.

Protegerlo en este entorno no es «tan solo» salvar a una especie amenazada; también significa mantener un ecosistema único pero frágil, hogar de una biodiversidad excepcional. Restaurar su hábitat, asegurar corredores ecológicos seguros y trabajar de la mano con las comunidades locales son pasos esenciales para garantizar su supervivencia.

Corazón Verde del Chaco es una esperanza tangible para el jaguar y un modelo replicable en otras regiones. Siguiendo sus huellas, desde Quadriz redescubrimos el valor de este territorio y reforzamos nuestro compromiso con su conservación.

Consulta de ventas, Contacto: 

Nicholas O’Brien
T: +31 263 723 071
M: +34 613 060 968
E:  nick.obrien@quadriz.com

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